jueves, 5 de octubre de 2017

PRIMER BLOQUE CONTENIDOS TEMARIO A

TEMAS PRIMER BLOQUE

TÍTULO: LAS BASES EPISTEMOLÓGICAS Y PEDAGÓGICAS DE LA EDUCACIÓN

1.- La educación como derecho fundamental del ciudadano. La educación obligatoria: origen, extensión y tendencias.
  • Educación derecho fundamental art. 27 CE, concepto derecho fundamental
  • Obligatoriedad educación a lo largo historia
  • La educación obligatoria en la época actual


2.- Las necesidades educativas de la sociedad actual. El concepto de la educación como un proceso permanente.
  • Educación para el progreso de los pueblos
  • Educación para mantener la cultura de un colectivo
  • Principio de educación permanente


8.- Calidad y equidad en la educación. Educación y cohesión social. Políticas de mejora.
  • Concepto de calidad y concepto de equidad. Aplicación a la educación
  • La educación al servicio de la igualdad de oportunidades.
  • Mejora de calidad y mejora de los procesos educativoss


12.- La dimensión ética de la educación: educación en valores
  • Dimensiones educativas
  • Ética y educación, la ética al servicio de la educación
  • Educación en valores y metodología enseñanza valores


13.- La igualdad de oportunidades en educación. Medidas específicas de atención a la diversidad.
  • La igualdad de oportunidades como meta y camino
  • Fuentes de diversidad en el fenómeno educativo
  • Atención a la diversidad: tipos de medidas


14.- Educación para la igualdad. Coeducación. Educación en contextos multiculturales.
  • Igualdad de oportunidades objetivo irrenunciable
  • Igualdad de género e igualdad de derechos
  • Coeducación e igualdad de género
  • Multiculturalidad y educación

Introducción

Estamos ante un tema de los más relevantes para un aspirante al Cuerpo de Inspectores de Educación, un tema cuyos contenidos se hunden sobre la misma base jurídica y legal que nos da paso a hacer posible el derecho fundamental a la educación recogido en el artículo 27 de la Constitución española de 1978.

Este derecho a la educación forma parte de los denominados derechos fundamentales, que constituyen una serie de derechos que el Estado debe proteger su uso, garantizando la posibilidad de su ejercicio, es decir fomentando situaciones donde el ciudadano pueda ejercer su derecho sin otro límite que el respeto a los demás en el ejercicio de sus propios derechos.

Este derecho y su protección ha sido el que ha sido posible que los Estados asuman que debían configurar una estructura para la transmisión y preservación del hecho educativo, naciendo los sistemas educativos, que pese a encontrar hallazgos en la Grecia y Roma clásicas, las experiencias estructuradas las podemos cifrar desde mediados del siglo XIX en los países occidentales. En España la ley Moyano de 1857 es un ejemplo de compromiso del Estado liberal por diseñar entornos favorecedores de una enseñanza moderna en nuestro país.

Hoy día en las sociedades actuales la educación no es sólo una oferta que hace el Estado para satisfacer los intereses de una sociedad que requiere de puestos muy especializados en la cadena productiva, sino de una demanda generalizada de la ciudadanía para progresar individualmente a lo largo de la escala social y participar de forma activa en la sociedad (García Valle, 2016), incluso hay autores (Martínez Mediano, 2005; Serrano Pascual, 2003; Ortiz de Zárate, 2001) que apuestan por la extensión de la educación a lo largo de toda la vida del individuo, con períodos o bien paralelos o en alternancia con la actividad laboral o personal del ser humano.

Decía Tercero Sauco (2015) que no puede existir un concepto moderno de educación sin que la misma sea accesible y deseada por todos los individuos, promoviendo desde el Estado, con la ayuda de los educadores, una igualdad de acceso a las diferentes enseñanzas del sistema educativo así como permanecer y promocionar en él. Esta igualdad de acceso, y también de permanencia posterior y promoción a lo largo de las etapas y niveles del sistema educativo, es lo que permite que la educación se haga realidad y llegue a todos los individuos de un territorio independiente de sus recursos y medios a su alcance. Es según palabras de Cortés Sanjuan (2015) el instrumento más potente para una promoción social del individuo, y para el desarrollo social y económico de un pueblo, es en definitiva una inversión cuya rentabilidad está más que asegurada.

Nadie duda que la diversidad no es la excepción sino la regla en cualquier grupo humano, por lo que los poderes públicos deben incentivar y asegurar que en las instituciones educativas la diversidad se atiende procurando que la igualdad de oportunidades se traduzca en el empleo de recursos para que los alumnos menos capaces puedan aspirar al logro de los mismos objetivos que el resto de la población, no siendo posible un trade off entre calidad educativa y atención de las dificultades inherentes al hecho educativo, sino muy al contrario, una sociedad desarrollada requiere de que el binomio calidad y equidad formen parte una misma respuesta (Pardo Marzo, 2013).

Precisamente, esta presencia de los dos conceptos a la hora de configurar una respuesta educativa es lo que nos permite un nivel de cohesión social en toda la sociedad, que se hace realidad en el dominio de competencias sociales, emocionales y profesionales de los individuos no sólo más jóvenes, sino de toda la sociedad en su conjunto, para lo cual se requieren aprendizajes formales pero también adquirir actitudes, predisposiciones, tendencias que consoliden una puesta en práctica de valores que subyacen a la democracia y al individuo, refiriéndonos al respeto, a la libertad personal, a la solidaridad, a la ayuda mutua, a la cooperación, a la resolución pacífica de conflictos, en definitiva a vivir de forma plena reforzando lo que nos une como seres humanos (García Raya, 2002).

Si hablamos de valores, siendo todos importantes, y debiendo ser aspiración general el contemplarlos desde la planificación del hecho educativo por parte del profesorado, en una apuesta por una educación de calidad que se mejora a sí misma, porque se nutre de la esencia de una sociedad que la valora, y que contribuye activamente a esa mejora, la realidad es que hay ciertos valores que deben reforzarse para lograr una sociedad equitativa y éstos son la igualdad de género y la multiculturalidad como derechos de los otros a ser respetados y escuchados, para lograr una plena identidad de una sociedad plural y diversa que aspira a ser la mejor herramienta de desarrollo y progreso social.

A continuación voy a exponer un esquema, en el que trataré los diferentes puntos esenciales del tema, empezando por trabajar los antecedentes históricos y su influencia en el devenir posterior del fenómeno educativo desde la perspectiva no sólo individual, sino social; posteriormente trabajaré los núcleos conceptuales del tema, aportando la visión de varios autores al desarrollo de estos conceptos y su relación con otros conceptos próximos que se trabajan en este y otros temas, finalizando con la propuesta de medidas que se pueden encontrar en la bibliografía para el incremento de la calidad educativa potenciando de forma paralela la equidad e igualdad de oportunidades. Por último terminaré con una breve conclusión y citaré alguna referencia bibliográfica relacionada con los contenidos del tema.

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